Toda represa que se construya en cualquiera de las zonas antes mencionadas, por infinidad de razones impactará seriamente en la salud de sus habitantes, actuando como verdaderas bombas biológicas.
Con la construcción de nuevas represas, se producirá un aumento de las áreas inundadas, las aguas de los lagos, como la de los arroyos tributarios tanto urbanos como rurales, con aporte de nutrientes, ampliaran la posibilidad de incremento de vectores. Las posibles fluctuaciones de los niveles hidrométricos, han de permitir, por la existencia de barros, la presencia estable de más de 85 especies de mosquitos de géneros Aedes, Anopheles, Coquilletidea, Culex, Haemagogus, Psrophora y Sabethes; también se puede hablar deEutrofización, que será el resultado del enriquecimiento de la masa líquida, con los nutrientes debido inicialmente a la vegetación en descomposición, con la contribución de la escorrentía del suelo; obstruirán las corrientes y ensenadas, formarán murallas flotantes y disminuirá la transparencia del agua.Las grandes acumulaciones de estas algas, formarán pilas en descomposición y condiciones perjudiciales sobre los bordes, allí se formarán focos de reproducción de insectos y moluscos, propiciando el hábitat ideal de vectores de las enfermedades que hoy son endémicas a muy pocos kilómetros de nuestra provincia, entre ellos los moluscos del género Biomphalaria (transmisor de la esquistosomiasis – el mal de las represas, que convirtió a Brasil en el país más contaminado del mundo, con cifras de enfermos que superan los doce millones de habitantes).