EL DEBATE MINERÍA-MEDIO AMbiente, que está en el orden del día, se traduce en la práctica en un choque de trenes: el de la locomotora minera que, en el marco de un modelo sin visión de largo aliento, pobre en controles, manilargo en gabelas y obsesivo en generar ingresos para la Nación, avanza a gran velocidad, y la maquinita ambiental, lenta y debilitada por el gobierno Uribe que fusionó el ministerio del ramo con el de Vivienda —de intereses contrarios—, recortó inversión y entregó títulos mineros a discreción aun en zonas protegidas y de reserva.
El presidente Santos, por el contrario, ha dicho en todos los escenarios posibles, empezando por la Sierra Nevada de Santa Marta, donde se comprometió ante los ‘mamos’ de los pueblos indígenas a respetar el medio ambiente, que impulsará una política de desarrollo sostenible y respeto por la biodiversidad. Pero, al menos por ahora, han prevalecido las promesas sobre las acciones para frenar y/o suspender proyectos demasiado costosos en términos ambientales. Dos botones de muestra: el de la Greystar para extraer oro en el páramo de Santurbán, fue suspendido por presión de la sociedad civil y no por gestión del Gobierno, y el de San Andrés para explorar y eventualmente explotar petróleo en un área de reserva coralina, frenado por una acción popular y no por iniciativa oficial.
El presidente Santos, por el contrario, ha dicho en todos los escenarios posibles, empezando por la Sierra Nevada de Santa Marta, donde se comprometió ante los ‘mamos’ de los pueblos indígenas a respetar el medio ambiente, que impulsará una política de desarrollo sostenible y respeto por la biodiversidad. Pero, al menos por ahora, han prevalecido las promesas sobre las acciones para frenar y/o suspender proyectos demasiado costosos en términos ambientales. Dos botones de muestra: el de la Greystar para extraer oro en el páramo de Santurbán, fue suspendido por presión de la sociedad civil y no por gestión del Gobierno, y el de San Andrés para explorar y eventualmente explotar petróleo en un área de reserva coralina, frenado por una acción popular y no por iniciativa oficial.