MALDITOS
Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS
25 de Mayo 2011 Prensa UAC Informa
La UAC -Unión de Asambleas Ciudadanas- avanzó sobre Atucha el sábado 21 de mayo de 2011 exigiendo debatir la matriz energética nacional.
Reflexiones en el escenario nuclear de Atucha
Acotaciones surgidas de la movilización del sábado 21 de mayo, misceláneas que reflejan el éxito obtenido y empujan al asambleísmo a profundizar este tipo de acciones.
Instalar el debate nuclear en el plano nacional es el objetivo inmediato. La caravana y concentración en Atucha, frente a las centrales y en la ciudad de Zárate, fue convocada por la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC). Causó sorpresa el buen recibimiento fabril y la participación del habitante de Zárate. La alegría final disipó temores infundados.
El contacto con los obreros de Atucha produjo sensaciones dispares, en un marco de inquietante emoción. El preconcepto de ser rechazados en ese escenario, elegido para manifestarnos, había turbado la mente de algunos militantes bajo sospecha de actos de violencia y de enfrentamientos no deseados.
Nada de eso ocurrió, salvo aisladas excepciones de aquellos soliviantados que denostaban el altruismo antinuclear, con expresiones que no eran creídas ni por ellos mismos. De cinco mil obreros no sumaron doce los “ofendidos” por el mensaje socio ambiental. La mayoría de los trabajadores aceptó el volante que reproducía las razones de la movilización en contra de la energía nucleoeléctrica, algunos lo estamparon en la ventanilla del autobús que los regresaba a sus casas y otros lo guardaban en bolsillos o mochilas, no hubo papeles en el suelo; varios gesticularon con el pulgar levantado en alegórico acuerdo. La mayoría ejerció el silencio y el respeto. Por los altoparlantes que ubicamos en el playón y acceso a las plantas, explicábamos que en otros países se retorna de este tipo de producción energética con reconversión laboral hacia otras fuentes de energía. Algunos obreros contestaron que “alguien debe hacer el trabajo”, que “se requiere trabajo;” a semejanza de los japoneses de Tokaimura cuando, en 1999, tuvieron que desalojar las viviendas contiguas a la planta por fugas radiactivas que afectaron a 310.000 personas y gravemente a medio centenar de operarios; en aquella ocasión volvieron al trabajo por la paga, admitiendo los riesgos emergentes de esa fábrica de reprocesamiento de combustible nuclear gastado. En 1997 y 1999 los incidentes de Tokaimura no se debieron a terremotos ni tsunamis, como los vividos en Fukushima este año (2011).
Gendarmería Nacional quiso fijar sus reglas separando a trabajadores de movilizados, pero éstos últimos expusieron sus motivos, de modo que los volantes, “mejor activos hoy que radiactivos mañana”, fueron entregados en mano por una treintena de activistas a ambos lados de las puertas que comunican con las dos Atucha, en la margen derecha del río Paraná, tal como se había pensado y aceptado por las partes. El resto de los asambleístas terminaron mezclados con los operarios de Atucha a medida que salían. Las esferas de contención, de acero y concreto, que guardan los núcleos de los reactores de las dos centrales nucleoeléctricas aparecían al fondo, contextualizando argumentos. (Reconozcamos que, semanas antes, examinamos el lugar, el movimiento y la circulación de los trabajadores, transportes y fuerzas del orden. Lo fundamental se había previsto).
Reflexiones en el escenario nuclear de Atucha
Acotaciones surgidas de la movilización del sábado 21 de mayo, misceláneas que reflejan el éxito obtenido y empujan al asambleísmo a profundizar este tipo de acciones.
Instalar el debate nuclear en el plano nacional es el objetivo inmediato. La caravana y concentración en Atucha, frente a las centrales y en la ciudad de Zárate, fue convocada por la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC). Causó sorpresa el buen recibimiento fabril y la participación del habitante de Zárate. La alegría final disipó temores infundados.
El contacto con los obreros de Atucha produjo sensaciones dispares, en un marco de inquietante emoción. El preconcepto de ser rechazados en ese escenario, elegido para manifestarnos, había turbado la mente de algunos militantes bajo sospecha de actos de violencia y de enfrentamientos no deseados.
Nada de eso ocurrió, salvo aisladas excepciones de aquellos soliviantados que denostaban el altruismo antinuclear, con expresiones que no eran creídas ni por ellos mismos. De cinco mil obreros no sumaron doce los “ofendidos” por el mensaje socio ambiental. La mayoría de los trabajadores aceptó el volante que reproducía las razones de la movilización en contra de la energía nucleoeléctrica, algunos lo estamparon en la ventanilla del autobús que los regresaba a sus casas y otros lo guardaban en bolsillos o mochilas, no hubo papeles en el suelo; varios gesticularon con el pulgar levantado en alegórico acuerdo. La mayoría ejerció el silencio y el respeto. Por los altoparlantes que ubicamos en el playón y acceso a las plantas, explicábamos que en otros países se retorna de este tipo de producción energética con reconversión laboral hacia otras fuentes de energía. Algunos obreros contestaron que “alguien debe hacer el trabajo”, que “se requiere trabajo;” a semejanza de los japoneses de Tokaimura cuando, en 1999, tuvieron que desalojar las viviendas contiguas a la planta por fugas radiactivas que afectaron a 310.000 personas y gravemente a medio centenar de operarios; en aquella ocasión volvieron al trabajo por la paga, admitiendo los riesgos emergentes de esa fábrica de reprocesamiento de combustible nuclear gastado. En 1997 y 1999 los incidentes de Tokaimura no se debieron a terremotos ni tsunamis, como los vividos en Fukushima este año (2011).
Gendarmería Nacional quiso fijar sus reglas separando a trabajadores de movilizados, pero éstos últimos expusieron sus motivos, de modo que los volantes, “mejor activos hoy que radiactivos mañana”, fueron entregados en mano por una treintena de activistas a ambos lados de las puertas que comunican con las dos Atucha, en la margen derecha del río Paraná, tal como se había pensado y aceptado por las partes. El resto de los asambleístas terminaron mezclados con los operarios de Atucha a medida que salían. Las esferas de contención, de acero y concreto, que guardan los núcleos de los reactores de las dos centrales nucleoeléctricas aparecían al fondo, contextualizando argumentos. (Reconozcamos que, semanas antes, examinamos el lugar, el movimiento y la circulación de los trabajadores, transportes y fuerzas del orden. Lo fundamental se había previsto).
Etiquetas: ENERGIA, MOVIDAS, NUCLEAR, RESISTENCIA, UAC
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