MALDITOS
Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS
Escribe: Rosa Montalvo Reinoso
“Ya no tenemos recuerdos de esa isla que ya desapareció… la represa es dolorosa,” testimonia Dora Gauto Ríos, en un reciente seminario sobre proyectos hidroeléctricos realizado en Lima (1). Ella es paraguaya, vivía en una isla que fue inundada por la represa Yacyretá, enorme proyecto binacional de Paraguay y Argentina, desarrollado gracias a un tratado firmado por los presidentes Juan Domingo Perón y Alfredo Stroessner, y cuya construcción, que duró 37 años, lleva implícita historias de corrupción, malversación de fondos y violación a los derechos humanos. Un “monumento a la corrupción”, la llamó el ex presidente argentino Carlos Menem. Viniendo de boca de alguien que también fue profusamente acusado de corrupción, podemos imaginar la magnitud del fenómeno.
Según señalan algunos informes, más de 160 mil hectáreas quedaron bajo el agua y más de 80 mil personas fueron desplazadas por este proyecto que cambiaría para siempre los circuitos de vida de esta población y que, como menciona Dora Gauto, la dejó sin lugar de nacimiento, destruyó su mundo y la llevó a otro que no conocía, sin ninguna indemnización y sin siquiera poder volver a sus recuerdos, como de vez en cuando sucede con la población desplazada por la represa de Poechos en Piura, construida allá en 1973 y donde, cuando bajan las aguas del reservorio, puede verse, entre el barro, la torrecita de la iglesia y los restos de las que fueron las viviendas del pueblo de Lancones. Ahí vuelven los mayores a tomarse fotos, lo que les ayuda a mantener la memoria del sitio donde nacieron sus abuelos, según nos cuenta José Távara, quien narra que eso era algo que le gustaba hacer a su padre (2). Dora, en cambio, no tiene dónde volver ni para tomarse una foto.
Etiquetas: DESTRUCCION, REPRESAS
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