En el informe se expresa la “profunda preocupación” por el método de dilución empleado por la pastera en el tratamiento de efluentes y se exige el cese del mecanismo considerado ilegal, ya que lo prohíbe la propia normativa medioambiental uruguaya. Lo constatado por el comité científico binacional en la inspección a la planta en octubre de 2010, que recién ahora se da a conocer, confirma una denuncia histórica de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú. En ese marco, el asambleísta Oscar Bargas cuestionó “la buena fe de Uruguay” en el proceso y opinó que la sociedad civil debería plantear “al menos la paralización de Botnia”. El primer informe de monitoreo de Botnia –UPM elaborado por el comité científico binacional, según había anticipado el canciller argentino Héctor Timerman, comprende 50 páginas, de las que hoy se dieron a conocer 9, además de un par de acciones encaradas ante la CARU por la delegación nacional.
“Hay nueve hojas que informan de la manera en que se va a llevar a cabo el monitoreo. A su vez, hay una serie de anexos en los que hay mucha parte técnica, y de los que hemos rescatado una nota fechada el 24 de noviembre en la que el presidente de la Delegación Argentina en la CARU (Hernán Orduna) manifiesta su profunda preocupación frente a la grave constatación de que la planta UPM-Botnia está utilizando el método de la dilución en el sistema de tratamiento de efluentes; lo que está terminantemente prohibido por la propia normativa uruguaya, artículo 11 del decreto 253/79 de la Dinama, y a su vez el permiso otorgado por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente del 14 de febrero de 2005”, precisó al respecto el asambleísta Oscar Bargas en Análisis Digital.
Y asentó: “Esto quiere decir básicamente que es mentira lo que dijo la Dirección Nacional de Medio Ambiente sobre que todo lo que tira Botnia está por debajo de los parámetros que fija la Unión Europea; lo que dijo la Consultara Ecometrix de que todo estaba perfecto; lo que dijo el Banco Mundial”.
Lo constatado por los científicos argentinos y uruguayos en la visita de inspección a la planta que se llevó a cabo el 6 de octubre del año pasado, viene a confirmar la denuncia histórica de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú en cuanto a que la pastera diluye sus efluentes para malograr las muestras y evitar así que se compruebe fehacientemente el grado de contaminación.
“El caño está debajo del cemento, es decir que desde que Botnia puso el primer ladrillo ya pensaba en embromar, en tener como alternativa, en cuanto se la apretara con controles, echar agua en los efluentes para que no salga nada en las muestras”, se indignó el asambleísta, que en ese marco cuestionó la “seriedad” y la “buena fe” de Uruguay en este proceso.
Y fue más lejos aún: “Creo que acá hay corrupción del Banco Mundial que ha permitido esto; a nivel de la Consultora Ecometrix que tampoco fue capaz de descubrirlo. Me pregunto ahora qué tranquilidad nos da Monte del Plata que se va a instalar en Colonia y que va a producir el doble que Botnia. Quién va a controlar eso, cuántos caños de estos irá a poner”.