MALDITOS
Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS
Violaciones tremendas y cotidianas a los derechos humanos en las carceles del pais
Publicado por Norberto Costa en 21:07
Carta enviada a Cristina Fernández por el periodista Oscar Castelnovo, militante de la AgruPasión Para la Libertad, luego de que dos integrantes del kirchnerimo le manifestaran que existe un "cerco" que impide a la presidenta de la Nación enterarse de la brutal realidad sufrida por millones de argentinos. Votos y crímenes. Reflexiones y propuestas. Militarización o vida.
Señora presidenta:
Le escribo estas líneas luego de que dos amigos que militan en el kirchnerismo me relataron con seria preocupación que hay crímenes aberrantes cometidos por el Estado que usted dirige de los cuales ni se entera, que hay cuestiones que no le llegan porque se las ocultan. Estamos hablando de violaciones tremendas y cotidianas a los derechos humanos, perpetradas durante su gestión y la de su difunto esposo por instituciones y hombres bajo sus mandos y el de los gobernadores. Se trata del Servicio Penitenciario Federal, Policía Federal y las distintas policías y servicios provinciales. El argumento es idéntico al que en su momento esgrimían quienes sostenían que el Brujo López Rega había creado "un cerco" que impedía a la Jota Pe, entre otros, llegar al general Perón. Del mismo modo, ahora habría hombres de su gabinete, asesores y personajes tras las sombras que le recortan información y manipulan las denuncias que debería atender.
Si es así, está usted en serios problemas: Nadie mató más hijos del pueblo en el encierro y en los barrios del pobrerío que el Estado kirchnerista, luego de la última dictadura cívico militar. Durante el kirchnerismo se elevó el número de presos y cautivas de 22 mil a 70 mil, aunque ahora se registran alrededor de 66 mil. Por su parte, los distintos servicios penitenciarios del país despliegan un plan sistemático de represión clandestina destinado a la muerte o a aniquilar la entidad humana de los seres privados de libertad. Este último concepto no es especialmente mío, en palabras similares lo afirmó la doctora Cristina Beute, fiscal federal de Neuquén en ocasión de presentarse el libro "Cárceles de Mala Muerte", días atrás. En el mismo evento, Lolin Rigoni, de Madres de Plaza de Mayo Filial Neuquén y Alto Valle sostuvo que los presos de hoy son los desaparecidos de los '70. Si tiene dudas, ambos testimonios fueron escuchados por un nutrido auditorio, además de constar en mí archivo personal.
Le escribo estas líneas luego de que dos amigos que militan en el kirchnerismo me relataron con seria preocupación que hay crímenes aberrantes cometidos por el Estado que usted dirige de los cuales ni se entera, que hay cuestiones que no le llegan porque se las ocultan. Estamos hablando de violaciones tremendas y cotidianas a los derechos humanos, perpetradas durante su gestión y la de su difunto esposo por instituciones y hombres bajo sus mandos y el de los gobernadores. Se trata del Servicio Penitenciario Federal, Policía Federal y las distintas policías y servicios provinciales. El argumento es idéntico al que en su momento esgrimían quienes sostenían que el Brujo López Rega había creado "un cerco" que impedía a la Jota Pe, entre otros, llegar al general Perón. Del mismo modo, ahora habría hombres de su gabinete, asesores y personajes tras las sombras que le recortan información y manipulan las denuncias que debería atender.
Si es así, está usted en serios problemas: Nadie mató más hijos del pueblo en el encierro y en los barrios del pobrerío que el Estado kirchnerista, luego de la última dictadura cívico militar. Durante el kirchnerismo se elevó el número de presos y cautivas de 22 mil a 70 mil, aunque ahora se registran alrededor de 66 mil. Por su parte, los distintos servicios penitenciarios del país despliegan un plan sistemático de represión clandestina destinado a la muerte o a aniquilar la entidad humana de los seres privados de libertad. Este último concepto no es especialmente mío, en palabras similares lo afirmó la doctora Cristina Beute, fiscal federal de Neuquén en ocasión de presentarse el libro "Cárceles de Mala Muerte", días atrás. En el mismo evento, Lolin Rigoni, de Madres de Plaza de Mayo Filial Neuquén y Alto Valle sostuvo que los presos de hoy son los desaparecidos de los '70. Si tiene dudas, ambos testimonios fueron escuchados por un nutrido auditorio, además de constar en mí archivo personal.
¿Quién debe morir en una cárcel?
Señora, usted sabe como abogada que nadie debe morir en una cárcel -salvo grandísima excepción-, dado que existe -en teoría- un criterio sanitario que para permanecer tras las rejas hay que tener 18 años y poseer un estado más o menos saludable. Ya que si un ser humano preso está herido o enfermo, de acuerdo a la ley, debe ser internado. Si tiene más de 70 años, generalmente accede al arresto domiciliario. Y si padece una enfermedad terminal debe morir en su casa o en el hospital. Y acá viene lo indignante, señora. La tasa de mortalidad es superior en la cárcel que fuera de ella, donde están todos los grupos de riesgo, donde suceden desde las muertes súbitas de los bebés hasta los incidentes de tránsitos, donde están los hombres y mujeres muy ancianos y aquellos que no acceden a alimentos ni a la salud porque fueron despojados de todo derecho. ¿Cómo explica usted que en un sitio en el que nadie debiera morir sucumben más personas que en la "sociedad libre" cuyos guarismos de decesos deberían ser infinitamente superiores?
Le comento, tampoco fue un descubrimiento mío, un abogado asesor del Estado planteó este tema, días atrás, durante la presentación del Informe Anual de la Procuración Penitenciaria de la Nación, en el Congreso Nacional. Dos centenares de personas lo escucharon y aún guardo sus palabras en mi archivo personal.
Señora, usted sabe como abogada que nadie debe morir en una cárcel -salvo grandísima excepción-, dado que existe -en teoría- un criterio sanitario que para permanecer tras las rejas hay que tener 18 años y poseer un estado más o menos saludable. Ya que si un ser humano preso está herido o enfermo, de acuerdo a la ley, debe ser internado. Si tiene más de 70 años, generalmente accede al arresto domiciliario. Y si padece una enfermedad terminal debe morir en su casa o en el hospital. Y acá viene lo indignante, señora. La tasa de mortalidad es superior en la cárcel que fuera de ella, donde están todos los grupos de riesgo, donde suceden desde las muertes súbitas de los bebés hasta los incidentes de tránsitos, donde están los hombres y mujeres muy ancianos y aquellos que no acceden a alimentos ni a la salud porque fueron despojados de todo derecho. ¿Cómo explica usted que en un sitio en el que nadie debiera morir sucumben más personas que en la "sociedad libre" cuyos guarismos de decesos deberían ser infinitamente superiores?
Le comento, tampoco fue un descubrimiento mío, un abogado asesor del Estado planteó este tema, días atrás, durante la presentación del Informe Anual de la Procuración Penitenciaria de la Nación, en el Congreso Nacional. Dos centenares de personas lo escucharon y aún guardo sus palabras en mi archivo personal.
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