El secretario del Agua, Abel Tévez, exteriorizó su fastidio al tener conocimiento de que la nueva mortandad de peces representa el mayor desastre ecológico de los últimos años y reconoció que el Comité de Cuenca Salí-Dulce ya agotó todas las instancias de diálogo y que llegó al límite de sus facultades para controlar a las empresas tucumanas que contaminan el curso de agua. Ante este panorama, el funcionario le manifestó a EL LIBERAL que a la provincia “sólo le queda la vía judicial para tratar de frenar a las industrias”.
A pesar de las advertencias, de la reunión de los funcionarios de las provincias que integran el órgano interjurisdiccional y la promesa de endurecer los nuevos controles para evitar nuevos derrames de desechos industriales (principalmente la vinaza), el nuevo fenómeno descubierto en las últimas 48 horas -superaría ampliamente la registrada la semana pasada- provocó malestar en las autoridades santiagueñas que ven en la Justicia, el único camino para tratar de contrarrestar la desaprensiva actitud de algunos ingenios tucumanos.
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