Los pueblos Indígenas del Abya Yala, durante más de 518 años hemos resistido frente a los atropellos, las amenazas, los desplazamientos y los etnocidios, para continuar existiendo en nuestro espacio territorial y tiempo. Hoy después de cinco siglos aun vivimos una constante invasión opresora física y psicológica. Con estrategias y políticas más sagaces que intervienen principalmente nuestra gran casa ancestral, el Territorio.
Es evidente que no fueron suficientes las riquezas que se nos robaron en época de la conquista, la codicia y la avaricia de los invasores hizo que las tres carabelas: La Niña, La Pinta y La Santa María se quedaran y permanecieran causando zozobra. Hoy se manifiesta con la explotación indiscriminada de la Madre Tierra, con la minería a gran escala, la extracción de petróleo, la creación de represas, los monocultivos para alimentar máquinas y no a la gente, la devastación de la diversidad Natural, entre otros. Generando represión, estigmatización a las comunidades y un agudo conflicto armado interno; esto sumado a la manipulación de los medios de comunicación comerciales, estatales y privados. Quienes entretienen mientras el plan de muerte y el exterminio mental, físico y territorial avanza contra los pueblos originarios a nivel continental.
En el marco de la Cumbre Continental de Comunicación Indígena del Abya Yala, la cual se está desarrollando esta semana en el Resguardo Indígena Misak de La María Piendamó, los hermanos invitados de la nación peruana nos compartieron su lucha contra la minería a gran escala y la defensa del territorio desde hace más de una década. En 1992 descubrieron que sus territorios estaban solicitados para explotación minera, la gran mayoría de sus sitios ancestrales ya no eran de su propiedad, pues habían sido concesionados con la autorización del Gobierno peruano a las multinacionales Petrolíferas y Mineras: Petropras Perú y VH BILITON, que empezaron a invadir sin humanidad y ningún tipo de consulta previa a los territorios de los pueblos Indígenas