En una carta enviada en febrero de 2006 a todos los congresistas de EE.UU., quince empresas y organizaciones no gubernamentales (entre ellas DuPont, BASF, el Foresight Nanotech Institute y la Unión de Científicos Preocupados) se quejó de que ningún presupuesto específico se ha asignado a la investigación sobre los riesgos sanitarios, ambientales y de seguridad asociados con la nanotecnología.
En 2006, la Iniciativa Nacional de Nanotecnología (NNI), un sobre grande de mil millones de dólares, sólo 38,5 millones (menos del 4%) para financiar programas de investigación. En 2009, el presupuesto aumentó a $ 76 millones, elevando a 256 millones el monto invertido en cuatro años.