MALDITOS
Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS
23/12 – 13:30 – Pocas veces abordamos aspectos coloridos del gobierno de la provincia, pero teniendo en cuenta el duro apriete económico al que hizo mención el propio Gobernador Peralta, queremos resaltar algunas de las excentricidades que muestran funcionarios de primera línea, cuyos gustos suelen resultar caros, más aún en épocas de crisis y cuando las vacas dejaron de pastar en los campos de la abundancia, al menos de acuerdo al mensaje que desde el gobierno le hacen llegar a la gente. No todo pinta como se ve en el cuadro.
Funcionario por dos
El más pintoresco indudablemente resulta ser el Ministro de Economía, el Contador Juan Manuel Campillo, un histórico de las finanzas públicas en Santa Cruz, impuesto por Néstor Kirchner y uno de los pocos que puede dar fe de la ruta de los Fondos que el ex Gobernador y ex presidente puso en el exterior.
Sucede que Campillo fue siempre el hombre que manejó la economía provincial, independientemente del Ministro de Economía que pasara por las distintas gestiones como las de Icazuriaga, Acevedo, Sancho o la actual de Peralta.
Si bien Campillo habitualmente se desempeñó con la cobertura del cargo segundón de “Secretario de Hacienda”, ha sido desde hace más de 15 años el verdadero hacedor de las finanzas provinciales, reduciendo a los circunstanciales ministros a meros sellos con obligación de firmar cualquier expediente que llegara desde su oficina.
Campillo es un refinado funcionario del gobierno que tiene algunas excentricidades que no dejan de llamar la atención, más allá que en alguna oportunidad molesten a los empleados que tienen directa participación en la preparación de sus gustos diarios.
El Ministro de Economía no quiere migrar definitivamente a la oficina del Ministerio, renunciando a su viejo amor, la oficina de Hacienda y tal vez sea por eso (o quizás por algunas otras cosas más) que preserva los dos aposentos, impidiendo que algún invasor le ocupe los sillones que mantiene calentitos en uno y otro lado, alternando su uso cuando las necesidades protocolares así se lo exigen.
A tal punto ha llegado el sentido de pertenencia desarrollado por Campillo con ambas oficinas, que ha tenido más de una discusión con el propio Gobernador Peralta, cuando éste quiso colocarle un Secretario de Hacienda, a lo cual Campillo se ha negado sistemáticamente. Los mal pensados creen que en realidad el enojo del funcionario no es solo por ver ocupado su espacio físico, sino por ver controlado u observado sus números contables.
0 Comments:
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)