En el acto, el vicepresidente, Amado Boudou, que estaba en la planta en Olavarría, le sugirió a la Presidenta que hablara con “Antonio, uno de los trabajadores de acá”. “¡Qué tal, compañera Presidenta!”, la saludó Domínguez, quien criticó los bloqueos de las asambleas ciudadanas en Tinogasta y Belén para evitar el ingreso de camiones con insumos a la mina La Alumbrera. “Lo lamentamos mucho porque los trabajadores mineros queremos trabajar, y en paz”, aseguró Domínguez, y calificó de “pseudoambientalistas” a los manifestantes.
–¿Quién le pidió que hablara en el acto? –preguntó Página/12 a Domínguez.
–Personas de Cementos Avellaneda. Es gente a la que conozco de hace muchos de años. Entré en mayo del ‘78. Ahí trabajó mi abuelo, mi papá, mi tío, mis primos, y mis hermanos. Hace dos años iba todos los días a la fábrica, pero vino la unificación de seccionales y empecé a tener que recorrer cincuenta fábricas por día.
–¿Usted le explicó su condición de dirigente político a los funcionarios después de su diálogo con la Presidenta?–Me siento íntimamente como un trabajador, porque hace 35 años que milito en esa empresa. Me acerqué al peronismo en 1978 cuando en el poder estaba la Junta Militar. Tuve la oportunidad de saludar a la Presidenta, a quien no conozco, y hablé sobre el conflicto en Catamarca porque ya venían de 18 días de corte y nosotros sabemos de los problemas en la mina cuando no llegan los insumos.
–¿Por qué llamó “pseudoambientalistas” a los manifestantes?–Uno dijo que es de Luján, pero los que son de ahí son respetables.
Informe: Sol Prieto.