Las perforaciones para un estudio exploratorio de un grupo de geólogos argentinos, contratados por una empresa canadiense, revelaron que la Puna en la provincia de Salta sería un importante reservorio de agua.
Ahora, pretenden exportar el agua a la minera “La Escondida”, en Chile, la mayor extractora de cobre del mundo.La polémica no tardó en encenderse en la zona. La gente de Tolar Grande, un pueblo ubicado en el Altiplano salteño, a más de 3.500 metros de altura, siente que le están extrayendo un recurso vital.
El diario El Tribuno, de Salta, reveló que ya se estaría extrayendo agua para enviar a La Escondida, y habló de un negocio de 5.700 millones de dólares.
La Puna, con uno de los climas más secos del mundo, está considerado uno de los últimos grandes biomas prácticamente intactos del planeta, con un extraordinario valor paisajístico, genético, histórico y cultural.
La empresa Mines Argentina, que realiza la exploración desde hace un año, explicó que para que se pueda comercializar el agua, aún faltan siete años más de trabajo y la construcción de un acueducto. “Se trata del primer estudio hidrogeológico para medir el potencial de la Puna”, señaló el ingeniero Rubén Gianni, quien trabaja para Mines Argentina.
El martes pasado, Gianni dio una charla a la población de Tolar Grande. Luego de la reunión, el secretario de Gobierno del pueblo, Aldo Martínez, comentó: “vamos a dejar que realicen los estudios, pero no están autorizados a sacar agua”.
“El pueblo de la Puna no va a permitir el saqueo”, indicó entretanto Leopoldo Salva, diputado por el departamento Los Andes, que abarca toda la Puna salteña. Las mineras necesitan mucha agua para funcionar y La Escondida se está quedando sin ella. “Los chilenos ya le han prohibido que saquen agua de su territorio”, señaló Salva.
Durante el período de Juan Carlos Romero, anterior gobernador de Salta, la provincia inició una licitación internacional para explorar y comercializar agua en la Puna, que fue adjudicada a Mines Argentina, aseguró Gianni.
El tema llegó al Congreso de la Nación con un pedido de informe en el Senado, para saber qué papel jugó el Estado nacional. También se pidió información a la Cancillería y a Minería de la Nación.
Según Gianni, “no se pretende secar la Puna. Estamos estudiando cuánta agua hay en esta zona y si luego de abastecer a la región queda un saldo para comercializar”.Según el geólogo, no hay cuestionamientos éticos ni legales para vender agua, que puede ser tratada como cualquier otro mineral. “No es una herejía vender agua”, aseguró.
Salva alertó por su parte sobre el hecho de que “quieren vender agua dulce a Chile. En ningún momento han venido a hablar con el pueblo ni con la comunidad. Recién ahora”.
Según el estudio, el potencial de la Puna como acuífero sería enorme. Uno de los pozos de exploración cerca del cerro Socompa, en el límite argentino-chileno, bombeó 500 mil litros por hora, como las mejores cuencas argentinas. Hasta el momento han realizado cinco pozos en la Puna.
El objetivo de la empresa canadiense sería vender mil litros de agua por segundo. “El agua excedente que se encuentre ya pertenece a la empresa Mines Argentina”, aseguró Gianni.
Si bien aún no se comercializa el agua, el ingeniero Gianni señaló que dejaría buen dinero a la zona, sin afectar el medio ambiente. “Sólo se extraerá una cantidad que no afectará los recursos”, argumentó.
Pero según el diputado Salva, “son emprendimientos que no dejan nada a la región, son negocios oscuros. Dicen que hay estudios de impacto ambiental pero a nosotros nos han dado apenas tres páginas”.
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