Los nadadores siempre tuvieron lo que se conocen como acompañantes; es decir, canoas con remeros que iban orientando el rumbo de cada participante.
Como recordaba mi hermano León Seró, quien hizo su primer cruce cuando tenía 13 años, en esa época todavía se trataba de un encuentro de natación y también cultural. Las canoas que usaban los acompañantes eran canoas de pescadores, en ellas iban cantores, bandolinistas , haciendo música de la zona.
Los nadadores eran –sobre todo- nadadores costeros, que sin tener una formación técnica de natación, cruzaban el río sin problemas.
Con el pasar del tiempo, el Cruce pasó a ser algo más deportivo, en el sentido que comenzaron a participar atletas entrenados con técnicas de natación, incluyéndose correntinos, santafecinos, etc.
Pero lo importante es que también fueron cambiando las condiciones del río. Con el embalse de la represa de Yacyretá, el río fue perdiendo sus características originales, respecto de corrientes y espacios que se fueron modificando.
Tal es así que, en el 2009, el Puerto de Posadas fue inhabilitado por la crecida del agua debido al aumento de las cotas de llenado del embalse.
Sin embargo, el 16 de enero de 2010, fecha del último Cruce, paradójicamente, Prefectura Naval habilitó el Puerto de Posadas y desde allí salieron en lanchas los nadadores y nadadoras hacia Encarnación, punto de largada de la competencia.