PRENSA DE FRENTE
Esta semana volverá al debate parlamentario la ley de glaciares, sancionada por amplia mayoría en 2008 y luego vetada por Cristina Fernández, tras las presiones de las corporaciones mineras. La relación de las empresas mineras con los Kirchner es de larga data, como lo ha reconocido varias veces la propia presidente.
Pero nunca ha sido tan visible como ahora: la agenda de los últimos años ha estado cargada de encuentros con la Barrick Gold, siempre con los Gioja como maestros de ceremonias. A la par de esos contactos, el gobierno ha sostenido una política activa a favor del sector, que concentra a grandes empresas, en su mayoría de capitales norteamericanos y británicos. El contenido del proyecto kirchnerista abre serios interrogantes sobre el carácter nacional y popular de su política, tema tabú para los medios oficialistas.