MALDITOS
Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS
Por Jorge Manco Zaconetti (investigador UNMSM)
En los primeros años de la Conquista fue una política de los reyes de España hacer respetar el famoso “quinto real” como una regalía que le pertenecía a la Corona de todo el oro y la plata que se obtuviese del saqueo, llámase rescate del Inca, de la violación en la ciudad religiosa de Pachacamac o del templo del Sol, llamado Coricancha en el Cusco. Los conquistadores, en especial, Francisco Pizarro, tenían sus contables de la Universidad de Salamanca para hacer respetar escrupulosamente que de cada 100 piezas de oro o plata ensayada el 20% le pertenecía por derecho a los reyes de España. Es más, cuando se estableció la explotación sistemática de las minas de plata sea en Potosí, Puno, Pasco, Tarapacá, los mineros estaban obligados al pago del “quinto real” aplicado directamente sobre la producción, bajo pena de apercibimiento y cárcel de probarse su incumplimiento. ¡Era una falta grave evadir los pagos a la corona española!
Siempre resulta ilustrativo recurrir a la historia para analizar el régimen tributario en un sector que explota recursos naturales no renovables como la plata, oro, cobre, zinc, plomo, estaño, hierro que nos ubica como un importante productor mundial con los costos de producción más bajos del mundo. A ello debiera agregarse la débil propensión tributaria de las empresas, con un Estado que no percibe las rentas extraordinarias producto de la bonanza de precios, con mayores utilidades que están obteniendo las empresas mineras durante el período 2004-2011, con excepción del bache de octubre del 2008 y un bajón del cobre y zinc que duró menos de seis meses en razón de la crisis financiera internacional, mientras que los precios del oro y plata seguían su vorágine alcista.
El nuevo gobierno liderado por el comandante Ollanta Humala tiene el compromiso de aplicar el llamado “impuesto a las ganancias extraordinarias” en el sector minero que tiene las tasas de rentabilidad operativa y neta que no tienen comparación a nivel internacional. Se supone que con tales nuevos ingresos el gobierno de “Gana Perú” financiará parte de sus programas sociales como la Pensión 65, Cuna Más, Beca 18, etc.
En principio siempre hemos sido críticos del modelo de crecimiento minero vigente sin responsabilidad ambiental, social y tributaria que hoy cosecha con creces los diversos conflictos sociales y una radical oposición de la población, ante una actividad extractiva que no contribuye con el desarrollo local y regional, generando más bien cuantiosos pasivos ambientales y externalidades negativas; caracterizándose por un “pobre valor de retorno”, entendido este por los bajos salarios pagados a los trabajadores y una sobreexplotación de la mano de obra particularmente de contrata, con una serie beneficios tributarios que se cargan o descuentan del impuesto a la renta, más una débil articulación con la industria manufacturera.
Siempre resulta ilustrativo recurrir a la historia para analizar el régimen tributario en un sector que explota recursos naturales no renovables como la plata, oro, cobre, zinc, plomo, estaño, hierro que nos ubica como un importante productor mundial con los costos de producción más bajos del mundo. A ello debiera agregarse la débil propensión tributaria de las empresas, con un Estado que no percibe las rentas extraordinarias producto de la bonanza de precios, con mayores utilidades que están obteniendo las empresas mineras durante el período 2004-2011, con excepción del bache de octubre del 2008 y un bajón del cobre y zinc que duró menos de seis meses en razón de la crisis financiera internacional, mientras que los precios del oro y plata seguían su vorágine alcista.
El nuevo gobierno liderado por el comandante Ollanta Humala tiene el compromiso de aplicar el llamado “impuesto a las ganancias extraordinarias” en el sector minero que tiene las tasas de rentabilidad operativa y neta que no tienen comparación a nivel internacional. Se supone que con tales nuevos ingresos el gobierno de “Gana Perú” financiará parte de sus programas sociales como la Pensión 65, Cuna Más, Beca 18, etc.
En principio siempre hemos sido críticos del modelo de crecimiento minero vigente sin responsabilidad ambiental, social y tributaria que hoy cosecha con creces los diversos conflictos sociales y una radical oposición de la población, ante una actividad extractiva que no contribuye con el desarrollo local y regional, generando más bien cuantiosos pasivos ambientales y externalidades negativas; caracterizándose por un “pobre valor de retorno”, entendido este por los bajos salarios pagados a los trabajadores y una sobreexplotación de la mano de obra particularmente de contrata, con una serie beneficios tributarios que se cargan o descuentan del impuesto a la renta, más una débil articulación con la industria manufacturera.
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