Últimas Noticias (Benytsa González) / Aporrea/ inSurGente
Cuenta el escritor Virgilio en La Eneida que el griego Odiseo, luego de muchos años de querer dominar Troya, ideó la construcción de un enorme caballo de madera en cuyo interior se escondieron un gran número de soldados. Luego, lo introdujo en la legendaria ciudad, en calidad de obsequio, para controlarla y destruirla.
Hoy, Estados Unidos introduce en América del Sur, en calidad de ayuda, tropas, armas y equipos de alta tecnología, movilidad y alcance a través de sus bases en Colombia. Y, para el analista brasileño Luis Moniz Bandeira, Colombia es el caballo de Troya de Washington en la región.
Y es que más allá de la decisión soberana de Colombia de “dar acceso” a Estados Unidos para utilizar bases militares en su territorio, como una ampliación de los acuerdos bilaterales entre ambas naciones para el combate del narcotráfico y el terrorismo, el accionar imperialista de Washington y sus crecientes necesidades energéticas, la abundancia de recursos naturales y materias primas en América del Sur y la activación de la IV Flota de la Armada de Guerra estadounidense en el Pacífico y el Atlántico, despiertan suspicacias y temores en la región.