por Tirso Fiorotto.
Con una energía contagiosa, Rivas, Feldkamp y Vela arribaron ayer al Puerto Nuevo después de remar 3.000 kilómetros desde el Mato Grosso, y partirán mañana rumbo a Buenos Aires
Los gualeguaychuenses Ezequiel Vela, Juan Martín Rivas y Hermann Feldkamp se largaron al río Paraguay hace cuatro meses en el pantanal del Mato Grosso. Pasaron el invierno en el río, sobre sus kayak, pala y pala, y tomaron contacto con decenas de comunidades ribereñas que hablan el castellano, el portugués, el guaraní y otras lenguas y en cualquiera de ellas se entendieron bien.
Están recorriendo el Abya Yala, nuestra América, a través de sus venas, para que el ritmo de sus remos nos marque el ritmo, para que hagamos realidad ese antiguo sueño tan nuestro, en el que las mujeres y los hombres somos parte de la madre tierra, en donde no es el dinero el que manda: el agua manda.
La alegría de los expedicionarios Juan Martín, Hermann y Ezequiel es marca registrada. ¡Qué buena onda! Esos sencillos y amorosos jóvenes de Gualeguaychú son ya nuestros embajadores ante el mundo, y verlos arribar al Puerto Nuevo nos resultó una experiencia inolvidable.
Como se adelantaron un poco en la marcha, gracias a la jornada soleada de ayer, llegaron solos, en silencio y como pidiendo disculpas. ¿No son ellos? ¿No son esos muchachos los tres mosqueteros del agua?
Luego de compartir un rato, y a pedido de los camarógrafos, aceptaron repetir la entrada con aplausos, y eso mismo los pinta también, en su disposición permanente.
Donde no moleste
Si subrayamos esto es porque llama la atención. Ya hicieron otras travesías por el Uruguay y por el Bermejo, años atrás, y sus canoítas registran más de 7.000 kilómetros por la cuenca del Paraná y el Uruguay, pero agradecen estar en Paraná porque, dicen, esta ciudad marcó la lucha ambiental con la resistencia al represamiento del Paraná Medio.
Y cuando guardan sus embarcaciones en la escuela de canotaje dicen “aquí nomás, donde no moleste”, y agradecen por cada gesto, por cada saludo.
Todo en ellos nos da un mensaje, y sus rostros parecen espejar a los pueblos que los recibieron con los brazos abiertos y que, como entrerrianos, debemos saludar.
Los muchachos pasarán hoy en Paraná y mañana retomarán su viaje para arribar, dentro de dos semanas y pico, a Puerto Madero.
En una oportunidad anterior remaron hacia Buenos Aires, pero poco antes de llegar los embargó la tristeza y la desazón por el estado deplorable del río y las costas en la metrópolis, y decidieron volverse, remontar el Uruguay, y dirigirse a nuestra Gualeguaychú. Esta vez, dicen, el agua manda que lleguen a la capital para exponer allí lo que vieron, escucharon, soñaron en el río.
En la edición del domingo ofreceremos, en el Diario UNO, un amplio espacio a la proeza de estos entrerrianos que nos hablan de integridad en todo sentido y dan testimonio.
Desde las nacientes del Paraguay en Diamantino hasta el Río de la Plata, tres panzaverdes están dando tiempo, sudor, valentía, creatividad, para abrirnos los ojos. Hoy están en Paraná: ¡gracias!
Datos
* La notable travesía de los tres panzaverdes desde el Mato Grosso comenzó hace cuatro meses.
* La alegría de los expedicionarios Juan Martín, Hermann y Ezequiel es marca registrada.
nn Durante la travesía tomaron contactos con decenas de comunidades ribereñas, que hablan el castellano, el portugués, el guaraní y otras lenguas.
* Luego de pasar el invierno en el río, ayer por la tarde arribaron al Puerto Nuevo de la capital entrerriana.
* Ya hicieron otras travesías por el Uruguay y por el Bermejo, años atrás, y sus canoítas registran más de 7.000 kilómetros por la cuenca del Paraná y el Uruguay.
* En Paraná dicen estar contentos, porque esta ciudad marcó la lucha ambiental con la resistencia al represamiento del Paraná Medio.
* A partir de mañana retomarán su viaje, para arribar dentro de dos semanas y media aproximadamente, a Puerto Madero.