Un eventual racionamiento eléctrico, ante al déficit energético por la falta de lluvias, no implicará cortes en el suministro del servicio, sino que –además- redundaría en una leve baja en el valor de las cuentas del consumo residencial. Lo que sería aún mejor si va acompañado de un ahorro en los propios hogares.

Así lo estiman los especialistas del sector, luego de los anuncios hechos por el biministro de Minería y Energía, Laurence Golborne, quien planteó la posibilidad de establecer un decreto de racionamiento si persiste la frágil situación hídrica de los embalses destinados a la generación eléctrica.

El sector privado estima que un eventual racionamiento debería apuntar a la disminución del voltaje, lo que tendría un impacto nulo para los usuarios residenciales, públicos y comerciales que representan el 26% del consumo total de energía en el país. Según el especialista de la empresa Energética, Víctor Hugo López, “las cargas son alimentadas normalmente en baja o media tensión y, para estos sistemas, la reducción de la tensión se ajusta a un nivel seguro que no afecte sus consumos. El ahorro en el consumo implicaría una baja en las cuentas de luz, aunque no muy significativas”.