MALDITOS
Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS
El pasado sábado 19 de noviembre, durante la apertura del Primer Foro por un Proyecto Emancipador organizado en Buenos Aires por la COMPA, Adolfo Farías, dirigente del MOCASE, exigió medidas concretas más allá del juicio a los autores materiales del asesinato de Cristian Ferreyra.
“Muy buenas tardes a todos y a todas, luchadores y luchadoras. Voy a tratar de compartir con ustedes lo que acaba de suceder con el asesinato del compañero Cristian Ferreyra”.
Así comenzó Adolfo Farías su intervención en la apertura del Primer Foro por un Proyecto Emancipador, evento realizado por la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares de Argentina (COMPA) que reunió a más de 1000 personas de diversos puntos del país para debatir las perspectivas de un proyecto popular a 10 años de la crisis del 2001. En el marco de una mesa redonda integrada también por Adolfo Pérez Esquivel, Atilio Borón, Maristella Svampa y Marina Moretti, el dirigente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero - Vía Campesina (MOCASE VC) compartió con los centenares de personas presentes en el evento de Plaza Houssay la historia de organización y resistencia del movimiento campesino en su provincia.
A nivel nacional, el MOCASE VC y otras organizaciones de campesinos articulan en el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) que, si bien viene creciendo en su arraigo nacional, articulando políticas en torno a los reclamos de soberanía alimentaria y de una reforma agraria integral, aún concentra buena parte de sus fuerzas en las comunidades campesinas e indígenas de la provincia de Santiago del Estero. Por lo tanto, allí también es dónde se han producido los mayores enfrentamientos con los sicarios de los empresarios sojeros (aunque Adolfo aclara que esta no es una práctica exclusiva del agronegocio y de la megaminería de la provincia sino “algo que acontece en toda Latinoamérica y en toda la Argentina”).
Así contextualizó el asesinato de su compañero en una situación provincial en la que, por un lado, la intervención federal de abril de 2004 “no ha solucionado nada porque el aparato estatal que respondía a las élites de (Carlos) Juárez y (Antonio) Musa Azar sigue intacto” y, por otro, el movimiento campesino ha ratificado su estrategia de recuperación de tierras ancestrales expropiadas. En ese sentido, recordó el momento en que “nos planteamos que no siempre podemos estar resistiendo sino que había que pasar a una ofensiva. Y la ofensiva era recuperar los territorios que están en manos de las empresas transnacionales. Digo recuperarlos porque han sido saqueados a las comunidades indígenas“.
Queda claro que el conflicto con los empresarios se viene tensando hace años, pero Farías denunció que en los últimos cuatro meses se han multiplicado los ataques contra las comunidades y el hostigamiento por medio de matones a sueldo. Verdaderas fuerzas paramilitares conformadas mayoritariamente por ex-policías y ex-gendarmes, es decir, según afirma, “gente que ya está especializada en asesinar”.
El ataque desembozado contra Cristian Ferreyra ilumina los niveles de impunidad con los que se manejan las empresas en la provincia en su afán de extender la frontera sojera aún por encima de las comunidades campesinas ya históricamente asentadas en esos territorios. Como consecuencia de esa “ambición”, dice el dirigente campesino, “ha resultado asesinado Cristian, un compañero, un hermano, que defendía los bosques, los bienes naturales y su vida campesina”
Recordó al joven fallecido como “un militante muy comprometido del Movimiento”, destacando su claridad y su formación política al servicio de la defensa del modo de vida campesino: “Cristian siempre decía: Yo no necesito tener patrón ni quiero ser el patrón de nadie. Yo lo único que quiero es seguir contribuyendo con la producción para que mis hijos puedan habitar estas tierras". Y agregó, emocionado: “Bueno, lo ha logrado. Sus hijos van a seguir habitando las tierras porque somos un movimiento. Y porque hayan asesinado a Cristian no es que han destruido al movimiento sino todo lo contrario, el movimiento hoy está levantando las banderas más arriba que nunca”.
Refiriéndose a las circunstancias puntuales del homicidio, contó que el pasado 16 de noviembre a las 15 horas dos sicarios al servicio del empresario santafecino Jorge Ciccioli, se acercaron al rancho donde se encontraban Cristian Ferreyra y otros miembros del MOCASE y, sin darles tiempo a reaccionar, uno abrió fuego con su escopeta contra Cristian: “Un disparo en la ingle y él queda tendido y el compañero que va a ayudarlo recibe un disparo en la pierna, por lo que hoy está grave en el hospital de Santiago, y otro compañero que se acerca para asistir también recibe unos golpes con la escopeta”. Poco después, Farías comparará los crímenes de Monte Quemado y los del Puente Pueyrredón: “lo que pasó con el asesinato de Darío y Maxi es similar a este asesinato”.
También similares son las intenciones de encubrimiento a todos los niveles y las redes de responsables políticos, judiciales y económicos: “Nosotros responsabilizamos como autor material al que disparó y como autor intelectual al empresario Ciccioli. El Poder Judicial también es parte del asesinato por no obedecer las denuncias que venían haciendo las comunidades y las familias y (el gobernador Gerardo) Zamora se carga un muerto dentro de sus entrañas, en su conciencia, porque el campesino muerto, el compañero asesinado hoy lo fue durante su gobierno, así que se tiene que hacer cargo, él también es autor político del asesinato del compañero Cristian porque nosotros ya veníamos elevando varias denuncias, no sólo en los distintos Juzgados sino también hacia la Gobernación y no ha sido capaz de frenarlo”.
Si bien antes de finalizar su intervención, destacó el “pequeño paso” que han conseguido las manifestaciones y diversas acciones en todo el país al lograr que por primera vez el remiso juez de Monte Quemado, Alejandro Sarría Fringes, libre una orden de captura contra el hoy prófugo empresario Jorge Ciccioli (bajo los cargos de partícipe secundario del homicidio y de autor intelectual del hecho), alertó contra una posible escalada represiva y anticipó que “va a haber más violencia”, sin dejar de advertir que “si llega a correr sangre” ya se sabe dónde ir a buscar las responsabilidades: “En Zamora y en todos los poderes que están de ahí para abajo”.
En la marcha realizada horas antes a la Casa de Santiago del Estero de la ciudad de Buenos Aires, el dirigente campesino había sido aún más contundente: “Es un muerto más por la estrategias del imperialismo que responde a las transnacionales hoy. Y la Sociedad Rural, de la que hace parte este empresario Ciccioli, también tiene un muerto más. Son 30.000 muertos a los que hoy se suma un campesino. Que se haga cargo la Sociedad Rural porque ellos son los que planifican, los que se organizan para perseguir a los campesinos”. Por último, apuntando a las responsabilidades políticas, declaraba: “La cabeza de todo esto es el gobernador Zamora. Y nosotros vamos por él. Hasta hace poco tiempo, hasta hace minutos, varios compañeros y compañeras éramos como un freezer para el levantamiento campesino. Pero ya no vamos a ser más ese freezer, ya se ha rebalsado el vaso. Nosotros estamos acá para anunciar que en Santiago del Estero vuelve el Santiagueñazo, que en Monte Quemado se va a encender. Ese fue el mensaje que le dejamos cuando entramos en la casa de Santiago del Estero: O actúan, o hacen algo, o Santiago del Estero vuelve a estar en llamas”.
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