Lamentable, patético… pasó lo que podía pasar, era una probabilidad. Un desastre nuclear más y contaminación radioactiva que desde Japón se trasladará a distintas partes del mundo y permanecerá por años.
Pasó Nagasaki, Hiroshima, Chernobyl, Long Island, ahora Japón y seguirá pasando. Antes fue la poderosísima comunista URSS que ocultó información, hoy el modelo a seguir en lo nuclear era el del Japón liberal y con empresas de generación eléctrica que falsearon información, mientras el inoperante Organismo Internacional de Energía Atómica OIEA “se comía” los datos “truchos” que le brindaban.
Ya que no pasó antes, ahora luego de Fukushima tendrán que sucederse cambios hacia un modelo de mayor responsabilidad con nuestra única y gran casa, nuestro maltratado planeta tierra. Por ejemplo y a pesar de que consumen abundante agua para refrigeración, sea como sea, a las centrales nucleares habrá que alejarlas de costas de océanos o ríos que les puedan ocasionar daños por desbordes. Profundizar los procesos de revisión en una por una con todas las centrales nucleares, ya que la encargada a nivel mundial de esto demostró gravísimas falencias.
Lo mismo con la OIEA que tendrá ineludiblemente que hacer mea culpa, soportar críticas y una exhaustiva investigación. Tampoco se deberá autorizar a construir nuevas centrales sobre sitios con actividad sísmica, ¿zonas de huracanes frecuentes?, etc, y cerrar las que están en dichas zonas. Irán, Chile, China, etc. verán complicar sus proyectos... También, extremar controles para prevenir posibles atentados, dado el incremento de acciones terroristas, así como también para el mantenimiento más seguro de los desechos nucleares con los que aun no se sabe que hacer científicamente con ellos.
Ya que no pasó antes, ahora luego de Fukushima tendrán que sucederse cambios hacia un modelo de mayor responsabilidad con nuestra única y gran casa, nuestro maltratado planeta tierra. Por ejemplo y a pesar de que consumen abundante agua para refrigeración, sea como sea, a las centrales nucleares habrá que alejarlas de costas de océanos o ríos que les puedan ocasionar daños por desbordes. Profundizar los procesos de revisión en una por una con todas las centrales nucleares, ya que la encargada a nivel mundial de esto demostró gravísimas falencias.
Lo mismo con la OIEA que tendrá ineludiblemente que hacer mea culpa, soportar críticas y una exhaustiva investigación. Tampoco se deberá autorizar a construir nuevas centrales sobre sitios con actividad sísmica, ¿zonas de huracanes frecuentes?, etc, y cerrar las que están en dichas zonas. Irán, Chile, China, etc. verán complicar sus proyectos... También, extremar controles para prevenir posibles atentados, dado el incremento de acciones terroristas, así como también para el mantenimiento más seguro de los desechos nucleares con los que aun no se sabe que hacer científicamente con ellos.