MALDITOS
Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS
Universitarios programaron para mañana una protesta en Bogotá. Sergio Fernández explica sus bases.
El movimiento estudiantil mostró un músculo sin precedentes el jueves pasado, cuando sacó a 600.000 manifestantes en 31 ciudades del país. Mañana, en la llamada 'toma de Bogotá', se calcula que marcharán al menos 30.000 personas.
Además de los estudiantes, estarán centrales obreras, sindicatos y organizaciones sociales de todo el país.
ELTIEMPO.COM habló con Sergio Fernández, vocero de la Mesa Amplia Nacional de Educación (Mane), el movimiento que ha canalizado la protesta universitaria.
¿Esperaban una respuesta masiva como la del jueves?
Nos sorprendió gratamente, sobre todo la participación de más de 20 universidades privadas. Es un hecho que cada vez tiene más fuerza.
¿De dónde salió esa fuerza?
Desde los 70 no teníamos un referente de organización política. El movimiento estudiantil estaba atomizado y cada uno tiraba para su lado. Después de la conformación de la Mane, en agosto, más de 300 organizaciones estudiantiles tenemos una sola voz.
¿El Mane es un movimiento compacto?
En una mesa en la que tienen voz más de 70 universidades obviamente hay divergencia. Pero todas las decisiones de impacto, como el paro, han tenido consenso.
¿Se ven en el espejo de Chile?
Los jóvenes chilenos le han dado un ejemplo al mundo y la fuerza de su movimiento es inspiradora. Estamos haciendo contactos con ellos para convocar una gran movilización latinoamericana por el derecho a la educación.
¿Por qué no les sirve la reforma?
Porque no fue una reforma consensuada con la comunidad universitaria y por su contenido privatizador. Parte de la base de que en Colombia no hay recursos para la educación pública y que es necesario impulsar modelos privados y mixtos.
Pero el proyecto sí establece que la educación es un derecho y un servicio público...
Si la educación es un servicio no es un derecho; los servicios hay que pagarlos. El texto tiene muchos trucos. Dice, por ejemplo, que se subsidiarán los intereses de los créditos del Icetex para estratos bajos, pero luego señala que esta financiación estará sujeta a la disponibilidad de recursos.
¿Hay algo bueno que encuentren en la propuesta?
Nada. Es un monstruo con una malformación congénita incorregible.
¿Qué proponen, entonces?
Una reforma en la que tengamos voz. Que no se discuta en el
Congreso, donde mandan las mayorías del Gobierno, sino en las universidades.
Pero el Gobierno ha anunciado que no dará su brazo a torcer...
Pues debería tener más tacto para manejar esta crisis porque podría desencadenar un paro cívico nacional. Ya no sería la pelea solo de los estudiantes.
¿Qué pasará este jueves?
Convocaremos la marcha más grande que haya visto esta generación. No se va a mover un carro si los estudiantes no lo permiten.
¿Será una protesta pacífica?
Por supuesto. Alzaremos la voz con comparsas, teatro callejero, música y abrazos.
Santos decide hoy suerte de la reforma
Además de los estudiantes, estarán centrales obreras, sindicatos y organizaciones sociales de todo el país.
ELTIEMPO.COM habló con Sergio Fernández, vocero de la Mesa Amplia Nacional de Educación (Mane), el movimiento que ha canalizado la protesta universitaria.
¿Esperaban una respuesta masiva como la del jueves?
Nos sorprendió gratamente, sobre todo la participación de más de 20 universidades privadas. Es un hecho que cada vez tiene más fuerza.
¿De dónde salió esa fuerza?
Desde los 70 no teníamos un referente de organización política. El movimiento estudiantil estaba atomizado y cada uno tiraba para su lado. Después de la conformación de la Mane, en agosto, más de 300 organizaciones estudiantiles tenemos una sola voz.
¿El Mane es un movimiento compacto?
En una mesa en la que tienen voz más de 70 universidades obviamente hay divergencia. Pero todas las decisiones de impacto, como el paro, han tenido consenso.
¿Se ven en el espejo de Chile?
Los jóvenes chilenos le han dado un ejemplo al mundo y la fuerza de su movimiento es inspiradora. Estamos haciendo contactos con ellos para convocar una gran movilización latinoamericana por el derecho a la educación.
¿Por qué no les sirve la reforma?
Porque no fue una reforma consensuada con la comunidad universitaria y por su contenido privatizador. Parte de la base de que en Colombia no hay recursos para la educación pública y que es necesario impulsar modelos privados y mixtos.
Pero el proyecto sí establece que la educación es un derecho y un servicio público...
Si la educación es un servicio no es un derecho; los servicios hay que pagarlos. El texto tiene muchos trucos. Dice, por ejemplo, que se subsidiarán los intereses de los créditos del Icetex para estratos bajos, pero luego señala que esta financiación estará sujeta a la disponibilidad de recursos.
¿Hay algo bueno que encuentren en la propuesta?
Nada. Es un monstruo con una malformación congénita incorregible.
¿Qué proponen, entonces?
Una reforma en la que tengamos voz. Que no se discuta en el
Congreso, donde mandan las mayorías del Gobierno, sino en las universidades.
Pero el Gobierno ha anunciado que no dará su brazo a torcer...
Pues debería tener más tacto para manejar esta crisis porque podría desencadenar un paro cívico nacional. Ya no sería la pelea solo de los estudiantes.
¿Qué pasará este jueves?
Convocaremos la marcha más grande que haya visto esta generación. No se va a mover un carro si los estudiantes no lo permiten.
¿Será una protesta pacífica?
Por supuesto. Alzaremos la voz con comparsas, teatro callejero, música y abrazos.
Santos decide hoy suerte de la reforma
La Comisión Sexta de la Cámara en pleno se reunirá este miércoles en la mañana con el presidente Juan Manuel Santos para decidir qué hacer con la reforma de la ley educación superior (Ley 30), que todavía no ha iniciado su trámite formal.
Varios congresistas dijeron que hay tres escenarios posibles: que el Gobierno retire el proyecto, que lo mantenga o que le dé mensaje de urgencia. Si le dan luz verde a esta última opción, se deberá tramitar antes del 16 de diciembre, que es cuando termina la primera parte de la legislatura.
Ayer, la organización de estudiantes le envió una carta a la Comisión Sexta en la que insisten en que la discusión del proyecto debe darse fuera del Congreso.
"Con la actual constitución del Congreso, con una amplia mayoría de la bancada del Gobierno, aglutinada en la Mesa de Unidad Nacional, no es posible asegurar una construcción realmente colectiva de la ley", dicen en la misiva.
La ministra de Educación, María Fernanda Campo, ha reiterado que no retirarán el proyecto "porque trae más recursos públicos para financiar la educación, mejorar la calidad y ampliar la cobertura".
Ayer, la organización de estudiantes le envió una carta a la Comisión Sexta en la que insisten en que la discusión del proyecto debe darse fuera del Congreso.
"Con la actual constitución del Congreso, con una amplia mayoría de la bancada del Gobierno, aglutinada en la Mesa de Unidad Nacional, no es posible asegurar una construcción realmente colectiva de la ley", dicen en la misiva.
La ministra de Educación, María Fernanda Campo, ha reiterado que no retirarán el proyecto "porque trae más recursos públicos para financiar la educación, mejorar la calidad y ampliar la cobertura".
'No son una copia de Chile'
El historiador Mauricio Archila, autor del libro 'Idas y venidas. Vueltas y revueltas. Protesta social en Colombia 1958-1990', no recuerda una protesta de esta magnitud en los últimos veinte años en el país, "por su número de participantes, cohesión y protesta pacífica".
Dijo que, si bien los estudiantes siempre han acompañado los paros obreros o cívicos, no habían logrado un reclamo propio tan sólido y articulado como el de ahora.
"Las protestas en Chile sin duda han impactado, pero no son un calco", afirmó.
Le llama la atención que sus reclamos no son partidistas, ni están infiltrados por la guerrilla.
"Ellos quieren hacer partícipe a la gente y están vinculando a todos los protagonistas", concluyó.
REDACCIÓN EDUCACIÓN
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