MALDITOS
Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS
El 30 de enero de 2000 se rompió un dique de contención en la fundición Aurul de Sasar (Rumanía), donde se tratan los residuos de la mina de oro de Baia Mare.
Se calcula que unos 100.000 m3 de barro y aguas residuales -con una concentración de 126 mg de cianuro por litro- se vertieron por los canales de desagüe al río Lapus, un afluente del Somes (Szamos), a través del cual alcanzaron el río Tisza y el curso superior del Danubio a su paso por Belgrado, desembocando finalmente en el mar Negro. Esta fuerte contaminación transfronteriza pudo tener graves repercusiones sobre la biodiversidad, los ecosistemas fluviales, el abastecimiento de agua potable y las condiciones socioeconómicas de la población local.
Rumanía, Hungría y la República Federativa de Yugoslavia tomaron y analizaron muestras. Las mediciones realizadas el 1 de febrero de 2000 en la localidad de Satu Mare, a orillas del Somes, revelaron que la concentración máxima de cianuros era de 7,8 mg por litro (en comparación con el límite máximo de 0,01 mg por litro que se aplica en las aguas superficiales). Una ola tóxica de 30 a 40 kilómetros de longitud aniquiló la flora y la fauna del curso central del río Tisza, cifrándose las pérdidas en cientos de miles de euros. Cuatro semanas después podía medirse la pluma de cianuro en el delta del Danubio, a 2.000 km del origen del vertido.
Se calcula que unos 100.000 m3 de barro y aguas residuales -con una concentración de 126 mg de cianuro por litro- se vertieron por los canales de desagüe al río Lapus, un afluente del Somes (Szamos), a través del cual alcanzaron el río Tisza y el curso superior del Danubio a su paso por Belgrado, desembocando finalmente en el mar Negro. Esta fuerte contaminación transfronteriza pudo tener graves repercusiones sobre la biodiversidad, los ecosistemas fluviales, el abastecimiento de agua potable y las condiciones socioeconómicas de la población local.
Rumanía, Hungría y la República Federativa de Yugoslavia tomaron y analizaron muestras. Las mediciones realizadas el 1 de febrero de 2000 en la localidad de Satu Mare, a orillas del Somes, revelaron que la concentración máxima de cianuros era de 7,8 mg por litro (en comparación con el límite máximo de 0,01 mg por litro que se aplica en las aguas superficiales). Una ola tóxica de 30 a 40 kilómetros de longitud aniquiló la flora y la fauna del curso central del río Tisza, cifrándose las pérdidas en cientos de miles de euros. Cuatro semanas después podía medirse la pluma de cianuro en el delta del Danubio, a 2.000 km del origen del vertido.
Etiquetas: ACCIDENTES MINEROS
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