MÉDICA –Presidenta AAMMA (Asociación Argentina de médicos por el medio ambiente)
Lilian Corra preside la Asociación de Médicos por el Medio Ambiente.
Las comunidades afectadas denuncian que el Estado no controla y que las enfermedades se multiplican cerca de emprendimientos mineros de envergadura; Corra aclara: «Cualquier actividad en gran escala conlleva un riesgo para el ambiente y para la salud. Pero no puede impactar de manera que el ambiente se vuelva tóxico. Si sucede, las personas van a enfermar. A la larga o a la corta. No es necesario probar que enferman o lo harán en el futuro. No debe existir el ámbito de esa discusión porque no tiene sentido». Las empresas alegan que no se puede probar la relación entre la actividad minera y el incremento de enfermedades. «La ciencia no puede hacer una relación causa-efecto entre exposición y la enfermedad de alguien, pero la publicación de casos puede ser contundente para aplicar el principio precautorio», responde Corra. La médica explica que «se puede tener la percepción de que se está corriendo un riesgo aun sin tener la certeza científica. Esto ayuda a tomar medidas para proteger a la población. Lo que sí hace la ciencia, sin ninguna duda, es asegurar que determinados contaminantes no deben estar en el ambiente porque afectan la salud de la población. Si observo un tóxico en el agua potable, obviamente después voy a tener un paciente. No necesito tener un intoxicado para saber que si una persona toma cianuro todos los días, va a enfermar». Pero no existen estudios que indiquen el estado de salud de la población antes de iniciar una explotación minera. «Cuando empiezo a tener pacientes, ya fracasé. Por eso existen normas claras de control y regulación que se han impuesto y deben cumplirse. Más allá de si la población está interesada o no, se debe discutir qué tipo de actividad están interesados en desplegar en su región. No a qué tipo de ambiente quieren estar expuestos, porque eso es responsabilidad del Estado, debe tratarse de un ambiente sano, debe permanecer sano o volverse sano. Nadie tiene derecho a decir “quiero estar enfermo”, aguanto determinada actividad porque es mi medio de vida. No hay por qué aguantarse nada. Es del Estado la responsabilidad indeclinable de asegurar la salud de la población y actuar antes de que se enferme, no después. En ese punto se debe insistir porque la salud pública es una discusión política».
Dra. Lilian Corra: