El nuevo director de Ingeominas, Andrés Ruiz Rodríguez, reconoce que la capacidad fiscalizadora del Instituto está desbordada.
Un hallazgo de la Contraloría General de posibles irregularidades por más de 200.000 millones de pesos en la explotación de níquel de Cerro Matoso enciende las alertas en un momento en que el gobierno se la juega toda por cambiar el régimen actual en el manejo de estos recursos.
Documentos internos de la Contraloría General revelan las graves limitaciones de Ingeominas para verificar si las grandes empresas mineras le están girando a la Nación las regalías correspondientes a lo que producen.Al revisar las cuentas de Cerro Matoso S.A., una de las minas de ferroníquel más grandes del mundo perteneciente a la BHP Billiton, situada en Montelíbano, Córdoba, la Contraloría General de la Nación encontró que las cuentas que por concepto de regalías presentó a la Nación están desfasadas en 23.000 millones de pesos. La entidad de control pudo establecer además que la empresa incluyó entre sus gastos de operación los correspondientes al sostenimiento del club y los colegios de los empleados. Una auditoría privada contratada por el Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas), la entidad estatal que recauda y distribuye las regalías mineras de la mayor parte del país, con la excepción de aquellas provenientes de hidrocarburos, coincidió en la cifra.
La Contraloría además estableció que la empresa había negociado un material denominado canga, un subproducto de la explotación del níquel, por 180.000 millones de pesos menos de su valor real. La multinacional, basada en Australia, está discutiendo la validez de estos hallazgos ante un tribunal de arbitramento.