A la conocida situación del impacto de las fumigaciones que aún esperan resolución de nuestra dirigencia política, se suman ahora las alergias alimentarias que erosionan la salud de todos los argentinos.
Decíamos hace poco (ver “Quién pagará por los santafesinos enfermos por las fumigaciones? (segunda parte)” en www.cepronat-santafe.com.ar) que las obras sociales observan con preocupación el incremento de las prestaciones en sus asociados relacionados con las actividades rurales, en especial con casos de abortos, malformaciones y cánceres. Aclaremos que para la mayoría de las obras sociales el problema es sólo económico: cada vez tienen que destinar más recursos al tratamiento de estas patologías donde intervienen sólo sobre las consecuencias y dejan de lado las causas.
A esta situación -grave de por sí- se suma ahora un informe publicado por Clarín el 11 del corriente bajo el título “Se duplicaron las alergias a la comida en una década”. En forma coincidente con la expansión superlativa del cultivo de soja en el país y su incorporación masiva en la dieta de los argentinos, las alergias alimentarias en adultos y niños se incrementaron de un 4 a un 8% en los últimos diez años y, si bien son datos a nivel mundial, los expertos locales manifiestan que ese cálculo es extrapolable a nuestro país.