"No todo es negativo en la megaminería"
Edgardo Baldo, geólogo de la UNC y Conicet. El especialista desmitifica que en Córdoba haya oro y relativiza el impacto de las grandes minas. La historia de las tres rocas más importantes de su vida.
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Apasionado, entre rocas. Edgardo Baldo, con algunas de las piezas que recogió en sus trabajos como geólogo (Ramiro Pereyra/LaVoz).
Las rocas se transforman, tienen historias y cariño. Con sus palabras, Edgardo Baldo, geólogo de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y Conicet, puede transmitir eso. Estudia las rocas y dentro de ellas las de tipo metamórficas, aquellas que alguna vez fueron una roca y ahora son otra. Un campo muy acotado. –¿La megaminería a cielo abierto es la única forma de extraer oro de los Andes? –La forma de explotar un yacimiento varía según la geología del lugar y factores económicos y de seguridad. En algunos casos no queda otra que hacerlo de forma subterránea. Se tiene la impresión de que impacta menos, pero es perjudicial para la salud de los obreros y de alto riesgo. Otras veces, la única forma es a cielo abierto. No es un capricho de la empresa. –¿Estas explotaciones podrían ser de menor tamaño? –Hay un valor por debajo del cual una mina no es rentable. Es cierto que las grandes empresas priorizan su bolsillo, pero no todo es negativo en la megaminería. Siempre lo vemos con sentimiento patriótico, porque son extranjeros que se llevan el recurso y no generan trabajo. El accidente de Chile demuestra que empresas chicas a veces no tienen capacidad para hacer una explotación con la seguridad adecuada. –Pero es verdad que no generan trabajo. –Seguro que generarían más trabajo si lo procesaran aquí, pero también más contaminación. Durante el tratamiento de los minerales es cuando hay más riesgo de contaminar.
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