BOLETIN DE NOTICIAS de MOVIDA AMBIENTAL

Prensa Unión de Asambleas Informa
17 de febrero de 2010

Militantes de la UNION DE ASAMBLEAS CIUDADANAS (UAC), alrededor de 300, se congregaron en Córdoba 2080 de la Capital Federal, sede de la Casa de la Provincia de Catamarca. Agrupaciones de partidos políticos y de movimientos sociales acompañaron la convocatoria de la UAC con el objeto de denunciar la represión de fuerzas especiales sobre pobladores de Andalgalá que hace más de dos meses bloquean el tránsito de vehículos proveedores de insumos mineros de La Alumbrera y Agua Rica. La fiscal Marta Nieva declaró su arrepentimiento de haber dado la orden de desalojar el corte en Andalgalá, en tanto los jefes de policía local y provincial afirmaban, a requerimiento de la Defensoría del Pueblo de la Nación, que no se produciría mas represión. La violencia desatada por fuerzas especiales de la policía que responden al grupo comando Kuntur, desencadenó la respuesta de los habitantes de Andalgalá que destruyeron instalaciones municipales y aquellos comercios proveedores de las mineras cuestionadas. Numerosos heridos y medio centenar de detenidos sintetizan el clima que se vivió en esa parte de la provincia de Catamarca. La máquina de los empresarios Rojano a disposición de la minera y a la que los asambleístas le habían impedido la circulación, fue el detonante de una noche de violencia: “Pedimos perdón al pueblo de Andalgalá, ninguna máquina nuestra trabajará para las mineras” argumentó finalmente la familia Rojano.

En Buenos Aires, la casa provincial catamarqueña había bajado las persianas y un cordón policial y carro de asalto observaban expectantes el acto que repudió la represión y apoyó la resistencia y rebelión del pueblo de Andalgalá. Oradores de la UAC, de centros de estudiantes de la UBA y agrupaciones políticas, hicieron uso de la palabra marcando la similitud de lo vivido en Catamarca con puebladas semejantes en el resto del continente, impulsadas por las explotaciones mineras. El acto porteño se destaca por la presencia de medios de comunicación que fueron recogiendo la opinión de los presentes. En provincias como Córdoba y Mendoza, se repetían actos similares y se leían numerosas adhesiones originadas en asambleas de los lugares más apartados, como el colectivo de trabajadores de la Universidad Nacional del Comahue, movimientos sociales de la Patagonía, del noroeste argentino, centro y litoral.

Los asambleístas continúan con los bloqueos a las mineras, el pueblo exige destituciones y reclama el cese de la actividad mega minera en la provincia. Gobierno y corporaciones extractivas se hallan en el ojo de una tormenta que recién comienza.