MALDITOS

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Si sos kirchnerista pero estás de acuerdo en la protesta contra la megaminería contaminante, podés ayudar a tu gobierno pegándote vos mismo.



Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS

Una BANDA que causa FURIA: Los BARRICKTURROS


La alternancia política a la que asistimos en estos días en la provincia es, en buena medida, producto del rotundo fracaso del ‘modelo de desarrollo minero’. En el marco de una generalizada sensación de frustración y hartazgo, el voto mayoritario expresó la necesidad de un cambio profundo en el rumbo político, no apenas un trueque a nivel de las cúpulas partidarias al frente del Estado.
Pese a ello, en esta larga y traumática transición, las élites locales (nos referimos no sólo a quienes históricamente -más allá de ‘oficialismos’ y ‘oposiciones’- ejercieron el poder político institucional, sino también a quienes concentran el poder económico y el cultural) parecen haberse re-articulado para malversar -una vez más- las genuinas expectativas populares. Con sus artimañas, usan ahora el recambio político para ‘reflotar’ aviesamente las desgastadas fantasías coloniales del ‘desarrollo minero’. En lugar del cambio reclamado en las urnas, parece instalarse la profundización de un modelo que ha demostrado ser la antítesis de lo que prefiguran sus promesas. Los mismos ‘dirigentes’ que ayer -en su lugar de opositores- denunciaban los desaguisados del ‘modelo minero’, que incluso reclamaban la des-adhesión de la provincia al Régimen minero nacional, ahora se ponen al frente de los poderosos intereses del sector para dar continuidad, sin mayor maquillaje, a esta infausta maquinaria extractivista.
Mal que les pese, las falacias del ‘desarrollismo minero’ están a la vista y ya no seducen a nadie. No hay aparato propagandístico que alcance para ocultar la contundencia del fracaso: terminamos siendo la provincia que lidera los ránkings de pobreza, de desempleo y de población ‘asistencializada’ del país... La ‘renta minera’ ha institucionalizado el clientelismo y la corrupción... Ha financiado ‘grandes obras públicas’, expresivas más del delirio y la inutilidad gobernantes, que de criterios de prioridad y productividad social; pero que, eso sí, han nutrido el enriquecimiento súbito de la ‘patria contratista’ vernácula... Viejos y nuevos ricos han surgido del ‘festival de obras y contrataciones’ pagadas con el erario público; son los beneficiarios ‘invisibles’ del clientelismo mayorista del ‘modelo’; ese clientelismo más discreto, que no provoca la ‘indignación’ ni la condena social a la que suelen estar sujetos los ‘beneficiarios de planes y bolsones’... Las causas por corrupción y/o uso indebido de regalías desbordan la capacidad (y la voluntad) punitiva del Estado. La expropiación del ‘modelo minero’ incluye el de la Justicia: garantiza la impunidad de los corruptos, mientras criminaliza a los pobladores que defienden sus fuentes de agua...
Ciertamente, la provincia no es la misma que la de hace quince años atrás. El ‘modelo minero’ ha calado hondo y la ha transformado estructuralmente: profundizando el despoblamiento rural, el vaciamiento socioproductivo de regiones enteras y alentando la hiperconcentración sectorial y geográfica en el ‘empleo público’ y unas pocas cabeceras urbanas... A los viejos males históricos, hemos sumado un crítico déficit estructural: la falta extrema de agua y energía. Desde el poder se pretende imponer la ‘naturalización de la escasez’; se predica la resignada sumisión a vivir ‘racionados’, con cortes crónicos de agua, de energía eléctrica y de combustibles, cuando un solo emprendimiento minero consume casi tanta agua como el total de la población del Valle Central, y cuando casi duplica el total del consumo energético provincia (*)l.
El escenario del despojo es lamentable e incontrastable. Mientras tanto, la única ‘anestesia social’ que parece, hasta ahora, eficaz, es la obesidad del aparato estatal, que ha crecido solapando la ‘población sobrante’, la que -bajo este modelo- no tiene ni tierra ni trabajo... Convengamos que el ‘festival de nombramientos’ con el que se despide el gobernador saliente, es algo más que un cóctel de desidia, incompetencia e irresponsabilidad: es la “natural salida’ política de un modelo macroeconómico exclusivamente basado en el ‘aprovechamiento’ de la renta diferencial de una economía de enclave.
Una economía de enclave es, por definición, una economía colonial. Dicho esquema sólo produce enriquecimiento efímero para pocos y vaciamiento y concentración estructural La corrupción y clientelismo son sus efectos endémicos. La renta minera disimula -sólo en el corto plazo- el despojo socioproductivo, cultural y ambiental estructural, lo historia y la teoría social de la región así lo constatan. Más aún, en el caso de la minería de exportación. Pretender que ésta sea la base de un ‘desarrollo sostenible’ es procurar la ‘cuadratura del círculo’. El ‘modelo minero’, lejos de impulsar el ‘desarrollo’, produce ‘subdesarrollo’ estructural. Es un modelo literal e integralmente expropiatorio: de expropiación económica (de la renta y de los medios de trabajo); expropiación ecológica (de nuestras reservas críticas de minerales, de nuestras fuentes de agua y de nuestra energía); expropiación cultural (imposición de un ‘destino minero’); y expropiación política (secuestro de derechos de las poblaciones afectadas por parte de la ‘democracia de los inversores’),
Ante esta cruda constatación ‘en carne propia’, la sociedad catamarqueña ha votado mayoritariamente un cambio de rumbo y de modelo. Como parte de ella, sentimos la necesidad de advertir a los futuros gobernantes de su deber ético y político de honrar el mandato popular: continuar el ‘modelo minero’ constituiría no sólo un -nuevo- ‘fraude democrático’, sino también la malversación de una oportunidad histórica que pesará como gravosa hipoteca sobre nuestro futuro. El de toda/os.
* Minera Alumbrera, si se ajusta a los permisos legales, consume, 37,8 millones de m3 de agua fresca, en tanto que el Valle Central (con más de 200.000 habitantes) consume por todo concepto alrededor de 40 millones de m3 anuales. En cuanto a la energía eléctrica, Minera Alumbrera consume anualmente más de 832.000 MW/h, cuando el total del consumo provincial es de 475.000 MW/h y el consumo domiciliario, de apenas 177.500 MW/h (datos de 2007).

Horacio Machado Aráoz
Docente de la UNCA. Investigador del grupo de Ecología Política del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

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MARCHA DE LOS PUEBLOS 9/12/11

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