Una nueva nube de sal que la imagen satelital muestra saliendo de la laguna Mar Chiquita y que llega hasta la zona de Villa María, le sirve al PROMAR –la delegación que el Centro de Zoología Aplicada de la Universidad Nacional de Córdoba posee en Miramar– para lanzar un nuevo llamado de alerta frente al motivo que las generaría: el desmanejo que estaría sufriendo el principal tributario de la laguna, el río Dulce.
Enviado por el Ing.Juan Carlos Paesani
Promar investiga y monitorea la inmensa laguna. En su reclamo, pone el acento en la cada vez más frecuente formación de nubes de sal que se generan por la bajante del nivel de agua del mar de Ansenuza.
El profesor emérito del Centro de Zoología y director de PROMAR, Enrique Bucher, explicó que, "debido a la marcada bajante de la laguna, quedan amplias playas salinas, sobre las cuales los vientos fuertes levantan grandes nubes de polvo salino que cubren extensas distancias, en muchos casos de más de 120 kilómetros, sobre todo en dirección de norte a sur, siguiendo los vientos predominantes". Su influencia llega a ciudades alejadas como San Francisco y Villa María.
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